ÉGLOGA DE LA NATIVIDAD

Hernando López de Yanguas

El texto presentado aquí fue preparado por Julio F. Hernando y está basado en la única fuente (State Library of Vienna, Sig. C.P.1.A.18). A diferencia de nuestra práctica normal en esta colección, no hemos modernizado estos textos del siglo XVI. El texto presentado fue preparado por Vern Williamsen en esta forma electrónica (HTML) en el año 2001. 


Égloga nuevamente trovada por Hernando de Yanguas en loor de la Natividad de Nuestro Señor, en la qual se introduzen quatro pastores, cuyos nombres son Mingo Sabido, Gil Pata, Benitillo, Pero Pança; los quales, informados de los ángeles cómo Christo era ya nacido, vienen le [a] adorar y ofrecen sus dones, y Nuestra Señora da las gracias. Y llega Mingo Sabido tañendo una gayta y dize:
 
MINGO SABIDO:  Las gaytas, guitarras, rabés repiquemos,
               y las cherumbelas muy huerte tangamos,
               cordojos, renzillas de nós despidamos,
               y brincos, corcobos y saltos echemos.
               Los hatos y migas y burras dexemos
               quitemos las tristes capillas de nós,
               que nuevas ay, nuevas: ¡Ques nacido Dios!
               ¡Gil Pata, Gil Pata! ¡Ven, ven y baylemos!

Entra GIL PATA tañendo una guitarra y dize:
GIL PATA: De mucho gasajo que traygo comigo no puedo tenerme, que no dé corcobos; no temo leones, ni grifos, ni lobos, seguro está el hato del mal enemigo. Acá estás tú, Mingo; bien vengas, amigo, que, ¡voto a sant Pabros y a diez verdadero! que diz ques nascido tan claro luzero que viene a las gentes poner en abrigo.
Replica MINGO
MINGO: Pues esso, Gil Pata, yo ya lo he callado, que estando migando, encima una cumbre, vi que salía tan clara una lumbre que, en vella, del todo me hizo espantado. Estava el cielo tan pintoparado y assí relumbraron las Siete Cabrillas que bien demostraron aver maravillas del sancto moçuelo ques Dios encarnado.
Aquí llega BENITO tañendo un arrabé y llamando:
BENITO: ¡Hao! ¿Quién está [a]cá? ¡O, Dios acreciente tambïén aquí, regloto de mesta! Apuesto que saben acá desta fiesta, que muy de repasto se huelga esta gente. ¡Ha, Mingo Sabido! ¡Gil Pata, Cremente! ¿No sta [a]cá alguno de los de mi hato? ¡Ha, Urrasco Ropero! ¡Ha, Gil Garavato! Quiçá avrá Dios parte, si alguno no siente.
Responde GIL PATA
GIL PATA: ¿Quién llama? ¿Quién grita? ¡O, hermano Benito, échame toste priado la mano! Alegre semeja que vienes, hermano, que vienes pintando con tu rabelico. [BENITO]: Aún si supiesses, Gil Pata bendito, razón que tenemos de dar çapatetas, ¡juro a sant Cuerno! que tus agujetas quebrasses baylando, tu poco a poquito.
GIL PATA replica
GIL PATA: Quiçás yo barrunto, tu huerte alegría de dónde rebienta, Benito carillo; apuesto que sabes también del chiquillo que dizen que virgen y madre lo cría. Éssa es la cuenta, ¡pardiós, da [a]cá vía! Andemos con grita y plazer una dança, llamemos si viene por a&yaccute; Pero Pança, aquel que en las bodas de mengua tañía.
Llama Mingo a PERO PANçA
MINGO: ¡Ha, Pero Pança! ¿Por dónde rodeas? ¡Ha, zagalejo, de buen padre rico, según Dios le hizo, de ruyn y de chico! Pardiós, Benitillo, que apenas lo veas... ¿Si anda por dicha por essas aldeas haziendo varrunto por este muchacho? Juro a mi vida que tarda gran cacho. ¿No vienes, Pidruelo? ¿Por dónde passeas?
Entra PERO PANÇA tañendo un tamborín y responde
PERO PANÇA: Hem[e] aquí, vengo, no grites si quies, que, ¡voto a san Basco!, después que partí con nuevas chapadas, carillos, que o&yaccute;, nunca más pude tener estos pies. Acá pues, vosotros, ¿qué nuevas tenés? Que allá, por encima de los enzinares, garçones bolando passavan a pares. ¡Qué cosas chillaron, que os encantarés!
Prosigue
Yo ¡pardiez!, Benito, que tuve temor en ver que era gente venida del cielo; a pocas estuve que no di en el suelo, según me metieron de grande el pavor; mas ellos dixeron 'Escucha pastor,' y aun casi ablaron grámata o latín y, claro te digo, dixeron al fin puer natus est nobis, el gran Salvador. BENITO: ¿Allá rebolaron también los garçones, por cima tu hato, majada y mastines? Pero ¡Tomá si volaron! Rezaron maytines, tocaron sabuchas, cantaron canciones; no ay nadi que oyera, Gil Pata, sus sones que aunque no oviera baylado morisca, que en medio el cellado, rebuelto en ventisca, no diera mil bueltas y mil saltejone[s]. GIL PATA: Tú sabes de cierto, Domingo Sabido, la cuenta y quillotro del son que á passado. MINGO: Sábete hermano, por mal del pecado, que un niño que dizen ques Dios á nascido. PERO: ¡Dichosa la madre que tal á parido! Mas, dime [e]n qué parte nasció tanto bien. MINGO: En nuestra aldehuela, llamada Betlén, en un pesebrejo se huelga tendido. GIL PATA: Agora yo digo que ay paz en la tierra, y paz en el cielo y paz en el mar, y paz en los hatos de nuestro lugar, y paz en los valles y paz en la sierra: las armas luzidas y cosas de guerra, coraças, arneses, puñales y espadas, en hozes y rejas serán ya tornadas; quien no me creyere presuma que yerra.
BENITO replica
BENITO: ¿Quién tiene, Mingo, poder tan entero que pueda las armas vedar y malicia? MINGO: Este moçuelo, ques sol de justicia, que sin ser, las cosas las sabe primero. BENITILLO: Seyendo tan niño es ya tan artero que pueda en justicia las gentes tenellas; quien hizo los cielos, planetas y estrellas ¿no cuydas que puede ser bien justiciero? PERO PANÇA: Yo digo ques hijo de rey y ques rey según que lo cüentan sus profecías; el mesmo sagrado, bendito Messías que está prometido venir en la ley. GIL: Aunque no quieras, Pidrüelo crey que deste mochacho nos dixo Ysa&yaccute;a que virgen su madre lo concebiría, que salvos hiziesse los hatos y grey.
BENITO, contra el diablo
BENITO: ¡Reméssate y gime, nefando Plutón! ¡Aúllen tus cortes y gentes guineas que cerca te vienen tan crudas peleas do pierdas tu reyno, vandera y pendón! ¡Y tú, marinero ya viejo, Carón, desmaya, no esperes el viento de popa! ¡Y tú, can trifauce, tan sola la sopa de marras no atiendas para colación! MINGO SABIDO: Venido es aquel que la verga de Arón hizo que fuesse tornada serpiente, la qual se tragó, si quies que lo cuente, las otras culebras delante Faraón. Éste a Nabuco, potente varón, baxó de su estado e diole retorno; éste libró los niños del horno y all asna le hizo quexar su passión.
GIL PATA, contra el diablo
GIL PATA: Los sanctos prophetas allá donde están llamando al divino Messías prometido, tú lleva la nueva, Plutón, ques venido, que cessen sus penas, dolores y afán; y sepan de cierto que ya gozarán del campo florido que llaman Eliso. El qual este niño para ellos lo quiso que presto sus ojos ansí lo verán.
PERO PANÇA, contra el diablo
PERO PANÇA: Venida es, venida, tu gran perdición, al mundo es llegada segura la vida. Nascida es, ¡a hotas!, tu muerte cumplida. Da gritos y llantos, del duelo te pon, ya cesse la rueda boltear a Ixión, siéntese encima Sisipho del canto, los buytres no coman del hígado tanto, conozcan que ay nuevas de admiración. MINGO SABIDO: Venido es aquel que, carillos, mandó al sol que en el medio del cielo parasse, hasta que su capitán se vengasse de los cinco grandes, que al sol sojuzgó. Éste es aquel que la hambre domó daquellos leones do estava Daniel; Éste dio libres a los de Israel quando a pie seco la mar los passó. BENITILLO: Según que, carillo, varrunto yo ya, tomando la cuenta que agora me dizes, éste es aquel que llovió codornizes allá en el desierto, con dulce maná a cabo de rato. Mirá, que os dirá según su poder esso es muy poquito; más son las cosas que hizo en Egipto sacando su pueblo de captividad.
Prosigue las plagas de Egipto
Estando su pueblo captivo, subjecto al duro Farón, passando tormentas, bolvió este moçuelo las aguas sangrientas, que no quedó pece, ni branco ni prieto. Allí dio las plagas, terribles de aspecto: graniço, langostas, mosquitos y ranas, y nieblas palpables y muertes y sañas, do bien se mostrava potente y perheto. MINGO SABIDO: Éste es aquel que de fin y de daños libró los dos sanctos, Enoc con Elías. Éste no es otro que al rey Ezechías en fin de su vida le dio largos años. Éste destruye los vicios y engaños, y dio nuevo hijo a la vieja madre, y quiso tentar con él a su padre, do están mil misterios metidos, estraños. GIL PATA: Mas, ¿cómo es posible, zagal agudillo, que aqueso que cuentas creerte podamos? Yo quiero que entremos en cuenta, veamos, declárame, agora, si quies, un puntillo: yo veo questa noche nació este chiquillo, y esso que rezas ha más de mill años; aquessos milagros tan hondos, tamaños, ¿en qué tiempo pudo hazerlos, carillo?
Responde Mingo Sabido
MINGO SABIDO: No pienses, Gil Pata, quel niño jocundo que agora de carne se muestra vestido, puesto que agora nos aya nascido que no es más viejo quel cielo profundo; no tiene principio ni tiene segundo, que, aunque lo veas nascido entre nós, comiença [a] ser hombre, mas es y fue Dios, que hizo los cielos estables y mundo.
BENITO pregunta a PERO PANÇA
BENITO: ¿Tú sabes, Pidruelo, su casta dó mana, si es de linaje de nobres y buenos? Pero No pienso yo quanto que puede ser menos, según es su madre de fresca y galana, mas díganos Mingo de dónde trasmana. Mingo Sentaos un cachuelo, que cuenta haré; mirad por las havas la cuenta a la llana. Según deste niño la cuenta me dan, que hijo le llaman también de David, nasce del tronco, mirad y sentid, del padre de muchos, llamado Brahán y deste buen viejo nasció muy galán Ysac deseado, de Sarra, su madre; el qual, mira, Pedro, de Cara su madre, del niño Jacob, según hallarán. Prosigue Jacob ovo un hijo, qual Judas nombró, el qual engendró Farés y Zarán, Farés ovo a Esrón, Esrón ovo [a] Arán, a Aminadab Arán le engendró, y de esta manera la cuenta passó que d[e] Aminadab descende Nasón, el qual tuvo un hijo, llamado Salmón, Salmón hizo un niño, que Boz le llamó. Prosigue Boz ovo a Obet, Obet a Jessé. Jessé fue su padre del sumo propheta; el qual David fue, por senda no reta, su padre del hombre que más sabio fue, la madre del qual dezían Bersabé. Aquésta ovo un nieto, mas no fue de Urías, llamado Roboán y padre de Abías, el qual ser su padre de Assá juraré. Prosigue Fue Josaphat su hijo de Assá, que padre del nombre Jorán se dezía; el qual Jorán era su padre de Ozía, avuelo de aquel que dixeron Joatá. No cambio palabra, mirá cómo va: Joatam ovo [a] Acaz por su reta vía, el qual fue su padre, de aquel Ezechía de quien Manassés nasció, ¡soncas ha!
Prosigue
Después Manassés fue padre de Amón, Amón ovo un niño, por nombre Josía. Josía fue padre de aquel Jeconía que nasció passando para Babilón; ¡par Dios que va buena la generación! Que aquel Jeconías gendró a Salatiel, el qual fue su padre, de Zorobabel, de quien nació Abiud, chapado varón.
Prosigue
Abiud ovo un niño, nombrado lcachín, que fue dicho padre de Azor a la clara, del qual Azor, cierto Sadoc se desvara, para que dende sea padre de Achín. Estad bien atentos, vayamos al fin, que Achín a Eliud curó de engendrar; Eliud fue su padre, de aquel Aleazar que hizo a Mathán, yo apuesto un florín.
Prosigue y acaba
Aqueste Mathán, yo os juro a mi vida según la Vangelio, de vero cantó, que fue dicho padre del santo Jacó, el qual fue suegro de aquesta parida; h[e] aquí la cuenta ya casi cumplida, mas porque ninguna cosilla discrepe, su esposo daquésta se llama Josep[e], que poco a su esposa, te juro la olvida.
BENITILLO demanda que sume quántos son todos los que á dicho
BENITILLO: ¿Pues quántos son Mingo, la cuenta dispuesta de aquese linaje que cuenta de Dios? MINGO: Prázeme hermano; son uno, son dos, son tres, quatro, cinco, seys, siete por ésta, y dos que son nueve y diez son con ésta y tres que son treze y tres disiséy, y quatro son vente, Gil Pata, ¿no vey?, y tres ventetrés, contemos la resta.
Prosigue
Con dos que aquí pongo ya llega la cuenta a son ventecinco; y tres son venteocho; ¡escucha, Pidruelo, cabeça de tocho! Con dos perezuelas ya entramos en trenta, no ay nadi, Benito, que bien no lo sienta. Con cinco que pongo, que son trentacinco, y seys que me quedan, ¡pardiós, que me brinco!, que hallo que ay uno de más de quarenta. GIL PATA: Al son de la cuenta que aquí nos ás dado de aqueste bendito, luzido moçuelo, holgando me [é e]stado en medio este suelo, la boca de un palmo, del todo pasmado. PERO: ¡O, Dios poderoso, celente, sagrado! Mas, ¿qué le movió tomar carne humana? [MINGO]: Dizen, Pidruelo, que una mançana que Adán se tragó del fruto vedado. GIL PATA: ¡O, santa que canta, mal trago tragó! Tragara una landre, que más sano fuera, que no que la gente por esso perdiera la gracia del cielo, que entonce perdió. MINGO: Pues mira, Gil Pata, muy bien en qué vo, y desto que digo ninguno se asombre: que en sólo por esso, hazerse Dios hombre, más grolla que pena la culpa ganó.
Prosigue
No temas, carillo, los hondos estanques, lagunas Estigias del turvio Cucito: mediante la muerte daqueste chiquito, en ellas yo ago que no te avarranques. Sus passos te aviso que sigas y tranques y a Él ni a su Madre no hagas injurias, que mal siglo tienen las tre[s] bravas Furias, las quales, te juro, con esto las manques. BENITILLO: Dichosos, yo pienso, serán los ganados questán derramados por este desierto; el gran Minotauro contalde por muerto, y todos los otros sobervios criados. De almagre vermejo serán almagrados los hatos que apastan por esta montaña y los desmandados traerá a su cabaña, do hallen los pastos floridos, sagrados. PERO PANÇA: Ya quen la tierra tan gran rey tenemos tú, Mingo, ¿qué pienssas que viene a buscar? Después que más crezca, ¿a dó yrá a parar?; ¿a dónde endereça sus varcos y remos? MINGO: Yo pienso que viene a ver los estremos: pastores, ovejas, cabañas y hatos; los pastos costosos hazerlos baratos a su propia costa, según lo veremos. GIL PATA: Yo pienso y magino que aqueste luzero los tristes palacios plutonios, obscuros, hará despojados, quebrando los muros do está nuestro padre penando primero; y al can espantable, muy torvo Cervero, que sorve y se traga sus bravas gargantas harále que cierre sus bravas gargantas, de hambre le mate, seyendo portero. BENITILLO: Ya, pues, que aquí estamos, ¡sus, sus, despachemos! y cada qual lleve cosillas que dalle. Pongamos todos, carillos, en talle, para, en llegando, que luego baylemos. Y a su virgen madre manteca llevemos, para que al niño le hagamos miguitas. Y quien se treviere llevar más cositas, si solo no puede, también le ayudemos. PERO PANÇA: Razón es, zagales, buscar invenciones y solenizarle con ánimos ricos, pues éste summó los pueblos inicos, a do procuraron maldad los varones. No viene con maça domando leones, que por otro modo proceden sus fines, éste se sirve de los cherubines, archángeles, tronos y dominaciones. MINGO: Mediante la gracia daqueste zagal al bravo gigante sobrava David los ossos, leones domava en la lid, guardando los hatos allá en el xaral. Éste a la dueña la hizo ser sal por sola una buelta que dio a la cabeça: quien no mira en Él y en esto estropieça, no puede, carillos, librar sino mal. BENITILLO: No cayo en la cuenta quién es la parida, ni puedo acertalla, ni puedo sabella. MINGO: Sábete, hermano, ques una donzella sin vicio ni daño, muy sancta nacida. BENITILLO: Pues tú, Mingo amigo, si quies, por tu vida, ansí sant Domingo te libre y te vala, que digas, que apuntes quién es la zagala, que asmo que deve ser toda polida. MINGO: Yo digo y apunto, ¡escucha acá, ruyn!, entiende la cuenta, si quies, a la llana: sábete quésta nació de sant Ana, su padre dichoso llaman Joachín. PERO: ¡O, Dios, ques su hijo, le dé buen maytín! Diz questa donzella ques muy repolida... MINGO: Tomalde los dichos, jamás fue nascida ninguna que sepa mirar su chapín. GIL PATA: Es flor de hermosas, de sanctas primor, de vírgines fuente, de gracias dechado, estrella de norte, gran huerto cerrado, paloma sin hiel, de todas mayor, es prima de todas, de todas es flor, de quien Salomón escrive sonetos. Sus hechos y dichos, en todos perfectos, remedio y xarave de nuestro dolor. BENITILLO: Verás si es remedio de nuestra ventura, por quien Dios nos haze tan gran beneficio; que Dios para Sí la crió dab inicio, que punto no tuvo que ver la Natura. y allende que tiene tan clara figura, es toda virtuosa, que dos cosas son que tarde se juntan en un talegón, en nuestros rabaños, por nuestra ventura. PERO PANÇA: Es esta María ancila divina, beata entre todas las generaciones, humilde dechado de las perfeciones, a quien la jactancia jamás no la empina. GIL: Ésta es la fresca, gentil clavellina, y lirio del valle, florida açucena, preciosa, sagrada, princesa serena, vergel de virtudes y flor sin espina. BENITILLO: Yo, Mingo Sabido, saberlo quisiera, cómo ha quedado del parto perheta. MINGO: Esso es cosilla, Benito, secreta, mas yo la barrunto ser desta manera: si el sol entra y sale por una vidriera sin punto dañarla, crebar ni herir, mejor pudo Dios entrar y salir, dexándola virgen como antes lo era.
Aqui llegan a donde ella está y pide albricias PERO PANÇA porque la vee primero
PERO PANÇA: ¡Albricias, albricias, de nuestro desseo! ¡Huy! ¡Ha! ¡Juro a diez! ¡Carillos, hermanos! ¡Dam[e] acá toste priado essas manos, que yo me la..., yo me la..., yo me la veo! BENITILLO: Mira qué dizes, que no te lo creo. ¿Qués della, qués della, la madre del rey? PERO: ¡Mírala, hétela, cátala, vey! ¿Y no la conoces en ver su meneo? GIL PATA: Cansados, ¡o, Virgen, señora!, llegamos los hatos dexamos y burras y aperos, venimos, graciosa donzella, por veros; de hinojos en suelo, aquí te adoramos. Mas ya que tamaña merced alcançamos en verte parida de Dios infinito, para que puedas criar tu mocito, recibe, señora, lo poco que damos.
Ofreció BENITO y dize
BENITO: ¡O, madre sagrada del Niño divino que todas las cosas criadas crió! Ofrézcote, Virgen, aquí luego yo cuchara, colodra, salero de pino y mándote un borro grosero y un fino: perdona, Señora, mi pobre presente. Y al Niño divino suplico, humilmente, que guarde mi hato del lobo malino.
Ofrece GIL PATA
GIL PATA: Yo, Reyna del Cielo y Madre y donzella, te ofrezco esta rueca sin copo, chapada, y mándote el manso y la borra manchada y tres rezentales que pacen con ella. Y al Niño, que mama tu teta tan bella, mándole un tarro, que sorva, de leche, y un par de vellones, en quel mesmo se eche; y más: para migas de sevo una pella.
Ofrece PERO
PERO: Yo no sé qué darte, bendita Señora, ni sé con qué pueda servir el Infante mas antes que nunca daquí me levante, te mando tres borros que maman agora. Pues eres de todos tan gran valedora y a Dios tus amores baxaron del cielo sey, Virgen, mi amparo, mi bien, mi consuelo, para que sepa Dios Padre dó mora.
Ofrece MINGO SABIDO
MINGO SABIDO: Yo no sé qué pueda, donzella bendita, dar sin vergüença, si bien lo percato; ofrézcote, virgen graciosa, mi hato, cayado, caldero y çurrón, todo a hita. Y a Ti, Niño sancto, de gracia infinita, que tienes el mundo metido en la palma ofrézcote el cuerpo y mándote el alma, y mientra que biva, de vicio me quita.
La VIRGEN a los pastores
VIRGEN: El Niño divino promete la gloria, pastores, en pago de vuestros presentes. Llevad buenas nuevas a todas las gentes, que avéys visto clara la mesma vitoria. Tened en el Niño, ques Dios, la memoria, y no r[e]celéys los trancos del lobo; y vuestras ovejas no teman el robo, según lo verés por cosa notoria. MINGO SABIDO: Si sabés de mósica alguna cosilla, cantemos en grita aquí todos yuntos. GIL: ¡Tomá, qué pregunta! Sé todos los puntos del sol, fa, mi, re, que avrás maravilla. MINGO: Y tú, Pero Pança, ¿en tono de villa sabrás chillar algo aquí, si te yuntas? PERO: ¡Mirá qué donoso, qué necias preguntas! Sé todos los tonos con [su] subidilla.
Prosigue
Y tú, Benitillo, ¿harásnos ayuda con boz agudilla, baylando la dança? BENITILLO: Yo ¡par diez!, que cante diapente y mutança y al canto de güérfano yo le saguda octavas, novenas, con boz bien aguda, ¡por alto los pies, que avrás gasajado!, y corchos y breves, tú pierde cuydado, con máxima y longa yo hago que acuda. GIL PATA: Chapémosle agora sonetos, canciones, y ande la trisca subida con saltos, que suenen las bozes por cima los altos. PERO: Parece, Gil Pata, que en orden te pones; tú mira, carillo, que no desentones, aguarda que en falta ninguna caygamos. A este divino moçuelo sirvamos, que no come cosa sino coraçones. MINGO SABIDO: ¡Pues ande la dança aquí alrededor! Travemos todos muy bien de las manos, con gestos alegres, jocundos y ufanos, comience la musa, con dulce primor. Y lleva, Gil Pata, si quies, el tenor; tú frísale al tripe, Benito, las martas; tú di, Pero Pança, requintas y quartas, que yo diré luego la cuentra y major.
Villancico
¡Ha, Gil Pata! ¿Qués, carillo? ¡Pero Pança! Hamos aquí una dança por servir este chiquillo. Demos çapatetas, saltos, cada qual con su respingo; haz una buelta, tú, Mingo, vayan los corcobos altos. ¡Passo, passo! ¿Qués, carillo? Ten criança, no desconciertes la dança por servir a este chiquillo. Ande en compás el baylar, con chapadas castañetas, vayan las bozes perhetas, que suene bien el cantar. Digo, digo, da gritillo. Con mudança, ande derecha la dança, por amor deste chiquillo. Da [a]cá toste, esse caldero, sopemos huerte las migas, hinchamos estas barrigas. Sopa tú, Mingo, primero. ¡Traga, traga, Benitillo con temprança! Demos ya fin a la dança tornemos al ganadillo.

FIN DE LA FARSA


Texto electrónico por Vern G. Williamsen y J T Abraham
Formateo adicional por Matthew D. Stroud
 

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Actualización más reciente: 26 Sep 2002