EL ARTE NUEVO DE HACER COMEDIAS EN ESTE TIEMPO

(Dirigido a la Academia de Madrid)

Lope de Vega

El texto presentado aquí está basado en la edición crítica de Juana de José Prades. Fue preparado en forma electrónica por Eric W. Vogt y luego editado de nuevo en la forma presentada aquí en 1995 por Vern Williamsen.


               Mándanme, ingenios nobles, flor de España,
            que en esta junta y Academia insigne,
            en breve tiempo excederéis no sólo
            a las de Italia, que envidiando a Grecia,
5           ilustró Cicerón del mismo nombre,   
            junto al Averno lago, sino Atenas,
            adonde en su platónico Liceo,
            se vio tan alta junta de filósofos,
            que un arte de comedias os escriba  
10          que al estilo del vulgo se reciba.  
               Fácil parece este sujeto, y fácil
            fuera para cualquiera de vosotros
            que ha escrito menos de ellas, y más sabe
            del arte de escribirlas y de todo,
15          que lo que a mí me daña en esta parte   
            es haberlas escrito sin el arte.
            No porque yo ignorase los preceptos,
            gracias a Dios, que ya tirón gramático
            pasé los libros que trataban de esto
20          antes que hubiese visto al sol diez veces       
            discurrir desde el Aries a los Peces.
            Mas porque en fin, hallé que las comedias
            estaban en España en aquel tiempo,
            no como sus primeros inventores
25          pensaron que en el mundo se escribieran,   
            mas como las trataron muchos bárbaros
            que enseñaron el vulgo a sus rudezas.
            Y así introdujeron de tal modo           
            que quien con arte agora las escribe
30          muere sin fama y galardón, que puede     
            entre los que carecen de su lumbre
            mas que razón y fuerza la costumbre.
               Verdad es que yo he escrito algunas veces
            siguiendo el arte que conocen pocos,
35          mas luego que salir por otra parte  
            veo los monstruos de apariencias llenos
            adonde acude el vulgo y las mujeres
            que este triste ejercicio canonizan,
            a aquel hábito bárbaro me vuelvo,
40          y cuando he de escribir una comedia,
            encierro los preceptos con seis llaves,
            saco a Terencio y Plauto de mi estudio
            para que no me den voces, que suele
            dar gritos la verdad en libros mudos,
45          y escribo por el arte que inventaron
            los que el vulgar aplauso pretendieron
            porque como las paga el vulgo, es justo   
            hablarle en necio para darle gusto.
               Ya tiene la comedia verdadera
50          su fin propuesto como todo género                    
            de poema o poesis, y este ha sido
            imitar las acciones de los hombres,
            y pintar de aquel siglo las costumbres:
            También cualquiera imitación poética
55          se hace de tres cosas, que son, plática,       
            verso dulce, armonía y la música,
            que en esto fue común con la tragedia,
            sólo diferenciándola en que trata
            las acciones humildes y plebeyas,
60          y la tragedia las reales y altas.   
            Mirad si hay en las nuestras pocas faltas.
               Acto fueron llamadas, porque imitan
            las vulgares acciones y negocios,
            Lope de Rueda fue en España ejemplo
65          de estos preceptos y hoy se ven impresas  
            sus comedias de prosa tan vulgares
            que introduce mecánicos oficios,
            y el amor de una hija de un herrero,
            de donde se ha quedado la costumbre
70          de llamar entremeses las comedias
            antiguas, donde está en su fuerza el arte
            siendo una acción, y entre plebeya gente,
            porque entremés de rey jamás se ha visto,
            y aquí se ve que el arte por bajeza
75          de estilo vino a estar en tal desprecio,  
            y el rey en la comedia para el necio.
            Aristóteles pinta en su Poética
            (puesto que escuramente su principio)
            la contienda de Atenas, y Megara
80          sobre cuál de ellos fue inventor primero 
            los megarenses dicen que Epicarmo,
            aunque Atenas quisiera que Magnetes,
            Elio Donato dice que tuvieron
            principio en los antiguos sacrificios;
85          da por autor de la tragedia Tespis,
            siguiendo a Horacio que lo mismo afirma,
            como de las comedias a Aristófanes,
            Homero a imitación de la Comedia
            la Odiséa compuso, mas la Ilíada
90          de la tragedia fue famoso ejemplo,
            a cuya imitación llamé epopeya
            a mi Jerusalén y añadí trágica
            y así a su Infierno, Purgatorio y Cielo
            del célebre poeta Dante Aligero
95          llaman Comedia todos comunmente
            y el Maneto en su prólogo lo siente.
               Ya todos saben qué silencio tuvo
            por sospechosa un tiempo la comedia,
            y que de allí nació también la sátira
100         que siendo más crüel cesó más presto,        
            y dio licencia a la comedia nueva.
            Los coros fueron los primeros luego
            de las figuras se introdujo el número,
            pero Menandro a quién siguió Terencio   
105         por enfadosos despreció los coros.         
            Terencio fue más visto en los preceptos,
            pues que jamás alzó el estilo cómico
            a la grandeza trágica, que tantos
            reprehendieron por vicioso en Plauto
110         porque en esto Terencio fue más cauto.         
               Por argumento, la tragedia tiene
            la historia y la comedia el fingimiento,
            por esto fue llamada planipedia
            del argumento humilde pues la hacía
115         sin coturno y teatro el recitante.         
            Hubo comedias paliatas, mimos,
            togatas, atelanas, tabernarias,
            que también eran como agora varias.
            Con ática elegancia los de Atenas
120         reprehendían vicios y costumbres         
            con las comedias y a los dos autores
            del verso, y de la acción daban sus premios.
            Por eso Tulio las llamaba espejo    
            de las costumbres, y una viva imagen
125         de la verdad, altísimo atributo,          
            en que corre parejas con la historia;
            mirad si es digna de corona y gloria.
               Pero ya me parece estáis diciendo,
            que es traducir los libros y cansaros
130         pintaros esta máquina confusa.         
            Creed que ha sido fuerza que os trujese
            a la memoria algunas cosas de éstas,
            porque veáis que me pedís que escriba
            arte de hacer comedias en España
135         donde cuánto se escribe es contra el arte;         
            y que decir como serán agora
            contra el antiguo y qué en razón se funda
            es pedir parecer a mi experiencia,
            no al arte porque el arte verdad dice
140         que el ignorante vulgo contradice.         
               Si pedís arte, yo os suplico, ingenios,
            que leáis al doctísimo Utinense   
            Robortelo, y veréis sobre Aristóteles
            ya parte en lo que escribe de comedia
145         cuánto por muchos libros hay difuso,         
            que todo lo de agora está confuso,
            Si pedís parecer de las que agora
            están en posesión, y que es forzoso
            que el vulgo con sus leyes establezca
150         la vil quimera deste monstruo coacute;mico,         
            diré [el] que tengo, y perdonad, pues debo
            obedecer a quién mandarme puede,
            que dorando el error del vulgo quiero
            deciros de qué modo las querría,
155         ya que seguir el arte no hay remedio         
            en estos dos extremos dando un medio.
               Elíjase el sujeto y no se mire,
            (perdonen los preceptos) si es de reyes
            aunque por esto entiendo que el prudente
160         Felipe, rey de España y señor nuestro,         
            en viendo un rey, en ella[s] se enfadaba,    
            o fuese el ver que al arte contradice,
            o que la autoridad real no debe
            andar fingida entre la humilde plebe.
165         Esto es volver a la comedia antigua         
            donde vemos que Plauto puso dioses
            como en su Anfitrión lo muestra Jupiter.
            Sabe Dios que me pesa de aprobarlo,
            porque Plutarco hablando de Menandro
170         no siente bien de la comedia antigua,         
            mas pues del arte vamos tan remotos
            y en España le hacemos mil agravios;
            cierren los doctos esta vez los labios.
            Lo trágico y lo cómico mezclado,
175         y Terencio con Séneca, aunque sea         
            como otro Minotauro de Pasife
            harán grave una parte, otra ridícula,
            que aquesta variedad deleita mucho.
            Buen ejemplo nos da naturaleza,
180         que por tal variedad tiene belleza.         
               Adviértase que sólo este sujeto
            tenga una acción, mirando que la fábula
            de ninguna manera sea episódica,
            quiero decir inserta de otras cosas,
185         que del primero intento se desvíen,         
            ni que de ella se pueda quitar miembro
            que del contexto no derriba el todo.
            No hay que advertir que pase en el período
            de un sol, aunque es consejo de Aristóteles
190         porque ya le perdimos el respeto,         
            cuando mezclamos la sentencia trágica
            a la humildad de la bajeza cómica.
            Pase en el menos tiempo que ser pueda,
            si no es cuando el poeta escriba historia
195         en que hayan de pasar algunos años,         
            que estos podrá poner en las distancias
            de los dos actos, o si fuere fuerza
            hacer algún camino una figura,
            cosa que tanto ofende quien lo entiende,        
200         pero no vaya a verlas quien se ofende.         
            ¡O, cuántos de este tiempo se hace cruces
            de ver que han de pasar años en cosa
            que un día artificial tuvo de término!
            Que aun no quisieron darle el Matemático;
205         porque, considerando que la cólera         
            de un español sentado no se templa
            si no le representan en dos horas,
            hasta el final jüicio desde el Génesis,
            yo hallo que si allí se ha de dar gusto,
210         con lo que se consigue es lo más justo.         
               El sujeto elegido escriba en prosa
            y en tres actos de tiempo le reparta
            procurando si puede en cada uno
            no interrumpir el término del día.
215         El Capitán Virués, insigne ingenio,                  
            puso en tres actos la comedia, que antes
            andaba en cuatro, como pies de niño
            que eran entonces niñas las comedias.                       
            Y yo las escribí de once y doce años
220         de a cuatro actos y de a cuatro pliegos                        
            porque cada acto un pliego contenía.
            Y era que entonces en las tres distancias
            se hacían tres pequeños entremeses,
            y agora apenas uno, y luego un baile,
225         aunque el baile le es tanto en la comedia                      
            que le aprueba Aristóteles, y tratan
            Ateneo Platón, y Xenofonte
            puesto que reprehende el deshonesto;
            y por esto se enfada de Calípides,
230         con que parece imita el coro antiguo.                          
               Dividido en dos partes el asunto,
            ponga la conexión desde el principio
            hasta que va ya declinando el paso;
            pero la solución no la permita
235         hasta que llegue a la postrera escena;                         
            porque en sabiendo el vulgo el fin que tiene,
            vuelve el rostro a la puerta y las espaldas                 
            al que esperó tres horas cara a cara;
            que no hay más que saber que en lo que para.
240            Quede muy pocas veces el teatro                       
            sin persona que hable, porque el vulgo
            en aquellas distancias se inquïeta,
            y gran rato la fábula se alarga;
            que, fuera de ser esto un grande vicio,
245         aumenta mayor gracia y artificio.                              
               Comience pues y con lenguaje casto;
            no gaste pensamientos ni conceptos
            en las cosas domésticas, que sólo
            ha de imitar de dos o tres la plática;
250         mas cuando la persona que introduce                      
            persüade, aconseja, o disüade,
            allí ha de haber sentencias y conceptos,
            porque se imita la verdad sin duda,
            pues habla un hombre en diferente estilo
255         del que tiene vulgar cuando aconseja,                          
            persüade o aparta alguna cosa.                              
            Diónos ejemplo Arístides retórico,
            porque quiere que el cómico lenguaje
            sea puro, claro, fácil, y aún añade
260         que se tome del uso de la gente,                                
            haciendo diferencia al que el político;
            porque serán entonces las dicciones
            espléndidas, sonoras y adornadas.
            No trai[g]a la escritura, ni el lenguaje
265         ofenda con vocablos exquisitos,                                 
            porque si ha de imitar a los que hablan,
            no ha de ser por pancayas, por metauros,
            hipogrifos, semones y centauros.
            Si hablare el rey, imite cuanto pueda
270         la gravedad real; si el viejo hablare                          
            procure una modestia sentenciosa;
            describa los amantes con afectos
            que muevan con extremo a quien escucha;
            los [soliloquios] pinte de manera
275         que se transforme todo el recitante,                         
            y con mudarse a sí, mude al oyente.
            Pregúntese y respóndase a sí mismo,
            y si formare quejas, siempre guarde
            el divino decoro a las mujeres.
280         Las damas no desdigan de su nombre.                      
            Y si mudaren traje, sea de modo
            que pueda perdonarse, porque suele
            el disfraz varonil agradar mucho.
            Guárdese de imposibles, porque es máxima
285         que sólo ha de imitar lo verosímil.                  
            El lacayo no trate cosas altas,
            ni diga los conceptos que hemos visto
            en algunas comedias extranjeras;
            y, de ninguna suerte, la figura
290         se contradiga en lo que tiene dicho.                           
            Quiero decir, se olvide, como en Sófocles
            se reprehende no acordarse Édipo
            del haber muerto por su mano a Layo.
            Remátense las escenas con sentencia,                       
295         con donaire, con versos elegantes,                             
            de suerte que al entrarse el que recita
            no deje con disgusto el auditorio.
               En el acto primero ponga el caso,
            en el segundo enlace los sucesos
300         de suerte que hasta el medio del tercero                 
            apenas juzgue nadie en lo que para.
            Engañe siempre el gusto, y donde vea
            que se deja entender alguna cosa
            de muy lejos de aquello que promete.
305            Acomode los versos con prudencia                                
            a los sujetos de que va tratando.
            Las décimas son buenas para quejas;
            el soneto está bien en los que aguardan;
            las relaciones piden los romances,
310         aunque en octavas lucen por extremo.                           
            Son los tercetos para cosas graves,
            y para las de amor, las redondillas.
               Las figuras retóricas importan                          
            como repetición, o anadiplosis,
315         y en el principio de los mismos versos,                        
            aquellas relaciones de la anáfora,
            las ironías, y adubitaciones,
            apóstrofes también y exclamaciones.
               El engañar con la verdad es cosa
320         que ha parecido bien, como [lo] usaba                         
            en todas sus comedias Miguel Sánchez,
            digno por la invención de esta memoria.
            Siempre el hablar equívoco ha tenido
            y aquella incertidumbre anfibológica
325         gran lugar en el vulgo, porque piensa                          
            que él sólo entiende lo que el otro dice.
               Los casos de la honra son mejores,
            porque mueven con fuerza a toda gente,
            con ellos las acciones virtüosas,
330         que la virtud es dondequiera amada;                      
            pues que vemos, si acaso un recitante
            hace un traidor, es tan odioso a todos                       
            que lo que va a comprar no se lo vende,
            y huye el vulgo de él cuando le encuentra.
335         Y si es leal, le prestan y convidan,                               
            y hasta los principales le honran y aman,
            le buscan, le regalan y le aclaman.
               Tenga cada acto cuatro pliegos solos,
            que doce están medidos con el tiempo,
340         y la paciencia de él que está escuchando.      
            En la parte satírica no sea
            claro ni descubierto, pues que sabe,
            que por ley se vedaron las comedias
            por esta causa en Grecia y en Italia.
345         Pique sin odio, que si acaso infama,                       
            ni espere aplauso ni pretenda fama.
               Éstos podéis tener por aforismos,
            los que del arte no tratáis antiguo
            que no da más lugar agora el tiempo;
350         pues lo que les compete a los tres géneros                  
            del aparato que Vitrubio dice,
            toca al autor como Valerio Máximo
            Pedro Crinito, Horacio en sus Epístolas,
            y otros los pintan con sus lienzos y árboles,
355         cabañas, casas y fingidos mármoles.                  
               Los trajes nos dijera Julio Póllux,
            si fuera necesario, que en España
            es de las cosas bárbaras que tiene
            la comedia presente recibidas,
360         sacar un turco un cuello de cristiano,                         
            y calzas atacadas un romano.
               Mas ninguno de todos llamar puedo
            más bárbaro que yo, pues contra el arte
            me atrevo a dar preceptos, y me dejo
365         lle[v]ar de la vulgar corriente adonde                           
            me llamen ignorante Italia, y Francia.
            Pero, ¿qué puedo hacer si tengo escritas
            con una que he acabado esta semana
            cuatrocientas y ochenta y tres comedias?
370         Porque fuera de seis, las demás todas                       
            pecaron contra el arte gravemente.
            Sustento en fin lo que escribí, y conozco
            que aunque fueran mejor de otra manera,
            no tuvieran el gusto que han tenido
375         porque a veces lo que es contra lo justo                       
            por la misma razón deleita el gusto.

            Humana cur sit speculum comedia vitae
            qua ve ferat juveni, commoda quae ve seni
            quid praeter lepidosque sales, excultaque verba
380         et genus eloqui ipurius inde petas                             
            quae gravia in mediis ocurrant lusibus, et quam
            jucundis passim seria mixta iocis,
            quam sint fallaces servi, quam improba semper
            fraudeque et omni genis foemina plena dolis
385         quam miser infelix stultus, et ineptus amator                      
            quam vix succedant quae bene coepta putes.

            Oye atento, [y] del arte no disputes,
            que en la comedia se hallará de modo                       
            que oyéndola se pueda saber todo.

Texto electrónico por Vern G. Williamsen y J T Abraham
Formateo adicional por Matthew D. Stroud
 

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Association for Hispanic Classical Theater, Inc.


Actualización más reciente: 30 Jun 2002