FESTEJO DE LOS EMPEÑOS DE UNA CASA

 
   
Loa que precedió a la comedia que se sigue   
INTERLOCUTORES
La Dicha
La Fortuna
El Mérito
La Diligencia
El Acaso
Música
 

Sale la Música

 
Música: Para celebrar cuál es
de las dichas la mayor,
a la ingeniosa palestra
convoca a todos mi voz.
¡Venid al pregón:
atención, silencio, atención, atención!
Siendo el asunto, a quién puede
atribuírse mejor,
si al gusto de la Fineza,
o del Mérito al sudor,
¡venid todos, venid, venid al pregón
de la más ingeniosa, lucida cuestión!
¡Atención, silencio, atención, atención!
 

Salen el Mérito y la Diligencia, por un lado; y por otro la Fortuna y el Acaso

 
Mérito: Yo vengo al pregón; mas juzgo
que es superflua la cuestión.
 
Fortuna: Yo, que tanta razón llevo,
a vencer, no a lidiar voy.
 
Acaso: Yo no vengo a disputar
lo que puedo darme yo.
 
Música: ¡Venid todos, venid, venid al pregón
de la m s ingeniosa, lucida cuestión!
¡Atención, silencio, atención, atención!
 
Mérito: Sonoro acento que llamas;
pause tu canora voz.
Pues si el asunto es, cuál sea
de las dichas la mayor,
y a quién debe atribuírse
después su consecución,
punto que determinado
por la natural razón
está ya, y aun sentenciado
--como se debe-- a favor
del Mérito, ¿para qué
es ponerlo en opinión?
 
Diligencia: Bien has dicho. Y pues lo eres
tú, y yo parte tuya soy,
que la Diligencia siempre
al Mérito acompañó;
pues aunque Mérito seas,
si no te acompaño yo,
llegas hasta merecer,
pero hasta conseguir, no
--que Mérito a quien, de omiso,
la Diligencia faltó,
se queda con el afán,
y no alcanza el galardón--;
pero supuesto que agora
estamos juntos los dos,
pues el Mérito eres tú
y la Diligencia yo,
no hay que temer competencias
de Fortuna.
 
Fortuna: ..................¿Cómo no,
pues vosotros estrechar
queréis mi jurisdicción;
mayormente cuando traigo
al Acaso en mi favor?
 
Mérito: ¿Pues al Mérito hacer puede
la Fortuna, oposición?
 
Fortuna: Sí; pues ¿cuándo la Fortuna
al Mérito no venció?
 
Diligencia: Cuando al Mérito le asiste
la Diligencia.
 
Acaso: ..................¡Qué error!
Pues a impedir un Acaso,
¿qué Diligencia bastó?
 
Diligencia: Muchas veces hemos visto
que puede la prevención
quitar el daño al Acaso.
 
Acaso: Si se hace regulación,
las más veces llega cuando
ya el Acaso sucedió.
 
Mérito: Fortuna, llevar no puedo,
que quiera tu sinrazón
quitarme a mí de la Dicha
la corona y el blasón.
Ven acá. ¿Quién eres para
oponerte a mi valor,
más que una deidad mentida
que la indignación formó?
Pues cuando en mi tribunal
los privo de todo honor,
se van a ti los indignos
en grado de apelación.
¿Eres tú más que un efugio
del interés y el favor,
y una razón que se da
por obrar la sinrazón?
¿No eres tú del desconcierto
un mal regido reloj,
que si quiere da las veinte
al tiempo de dar las dos?
¿No eres tú de tus alumnos
la más fatal destrucción,
pues al que ayer levantaste
intentas derribar hoy?
¿Eres más...?
 
Fortuna: ...................¡Mérito, calla;
pues tu vana presunción,
en ser discurso se queda,
sin pasar a oposición!
¿De qué te sirve injuriarme,
si cuando está tu furor
envidiando mis venturas,
las estoy gozando yo?
Si sabes que, en cualquier premio
en que eres mi opositor,
te quedas tú con la queja
y yo con la posesión,
¿de qué sirve la porfía?
¿No te estuviera mejor
el rendirme vasallaje
que el tenerme emulación?
Discurre por los ejemplos
pasados. ¿Qué oposición
me has hecho, en que decir puedas
que has salido vencedor?
En la destrucción de Persia,
donde asistí, ¿qué importó
tener Darío el derecho,
si ayudé a Alejandro yo?
Y cuando quise después
desdeñar al Macedón,
¿le defendió de mis iras
el ser del mundo señor?
Cuando se exaltó en el trono
Tamorlán con mi favor,
¿no hice una cerviz real
grada del pie de un pastor?
Cuando quise hacer a César
en Farsalia vencedor,
¿de qué le sirvió a Pompeyo
el estudio y la razón?
Y el más hermoso prodigio,
la más cabal perfección
a que el Mérito no alcanza,
a un Acaso se rindió.
¿Quién le dio el hilo a Teseo?
¿Quién a Troya destruyó?
¿Quién dio las armas a Ulises,
aunque Ayax las mereció?
¿No soy de la paz y guerra
el árbitro superior,
pues de mi voluntad sola
pende su distribución?
 
Diligencia: No os canséis en argüir;
pues la voz que nos llamó,
de oráculo servirá,
dando a nuestra confusión
luz.
 
Acaso: .....Sí, que no Acaso fue
el repetir el pregón:
 
Música: ¡Atención, atención, silencio,atención!  
Mérito: Voz, que llamas importuna
a tantas, sin distinguir;
¿a quién se ha de atribuír
aquesta ventura?
 
Música: .........................A una.  
Fortuna: ¿De cuáles, si son opuestas?  
Música: De éstas.  
Diligencia: .............¿Cuál? Pues hay en el teatro...  
Música: Cuatro.  
Acaso: Sí, ¡mas a qué fin rebozas?  
Música: Cosas.  
Fortuna: Aunque escuchamos medrosas,
hallo que van pronunciando
los ecos que va formando:
 
Música: A una de estas cuatro cosas.  
Mérito: ¿Mas quién tendrá sin desdicha...?  
Música: La Dicha.  
Fortuna: Si miro que para quien...  
Música: Es bien.  
Mérito: ¿A quién es bien que por suya...?  
Música: Se atribuya.  
Diligencia: Pues de fuerza ha de ser tuya;
que juntando el dulce acento,
dice que al Merecimiento...
 
Música: La Dicha es bien se atribuya.  
Acaso: ¿Se dará, sin embarazo,...?  
Música: Al Acaso.  
Acaso: ¿Y qué pondrá en consecuencia?  
Música: Diligencia.  
Acaso: Sí; mas ¿cuál es fundamento?  
Música: Merecimiento.  
Acaso: Y lo logrará oportuna..  
Música: Fortuna.  
Acaso: Bien se ve que sólo es una
pero da la preeminencia...
 
Música: Al Acaso, Diligencia,
Merecimiento y Fortuna.
 
Mérito: Atribuirlo a un tiempo a todas,
no es posible; pues confusas
sus cláusulas con las nuestras
confunden lo que articulan.
Vamos juntando los ecos
que responden a cada una,
para formar un sentido
de tantas partes difusas.
 
Fortuna: Bien has dicho, pues así
se penetrará su oscura
inteligencia.
 
Acaso: .................Con eso
podrá ser que se construya
su recóndito sentido.
 
Diligencia: Pues digamos todas juntas
con la Música, ayudando
las cláusulas que pronuncia.
 

Cantan Todos

 
Todos: "A una de estas cuatro cosas
la Dicha es bien se atribuya:
al Acaso, Diligencia,
Merecimiento y Fortuna."
 
Mérito: Nada responde, supuesto
que ha respondido que a una
se le debe atribuír,
con que en pie deja la duda;
pues no determina cuál.
 
Fortuna: Sin duda, que se reduzca
a los argumentos quiere.
 
Acaso: Sin duda, que se refunda
en el Acaso, es su intento.
 
Diligencia: Sin duda, que se atribuya.
pretende a la Diligencia.
 
Mérito: ¡Oh qué vanas conjeturas,
siendo el Mérito primero.
 
Fortuna: Si no lo pruebas, se duda.  
Mérito: Bien puede uno ser dichoso
sin tener Merecimiento;
pero este mismo contento
le sirve de afán penoso;
pues siempre está receloso
del defecto que padece,
y el gusto le desvanece,
sin alcanzarlo jamás.
Luego no es dichoso, más
de aquél que serlo merece.
 
Música: ¡Que para ser del todo
feliz, no basta
el tener la ventura,
sino el gozarla!
 
Fortuna: Tu razón no satisfaga;
pues antes, de ella se infiere
que la que el Mérito adquiere
no es ventura, sino paga.
Y antes, el deleite estraga,
pues como ya se antevía,
no es novedad la alegría.
Luego, en sentir riguroso,
sólo se llama dichoso
el que no lo merecía.
 
Música: ¡Que para ser del todo
grande una dicha,
no ha de ser esperada
sino improvisa!
 
Acaso: Del Acaso, una sentencia
dice que se debe hacer
mucho caso, pues el ser
pende de la contingencia.
Y aun lo prueba la evidencia,
pues no se puede dar paso
sin que intervenga el Acaso;
y no hacer de él caso, fuera
grave error; pues en cualquiera
caso, hace el Acaso al caso.
 
Música: ¡Porque ordinariamente,
son las venturas
más hijas del Acaso
que de la industria!
 
Diligencia: Este sentir se condena;
pues que es más ventura, es llano,
labrarla uno de su mano,
que esperarla de la ajena.
Pues no podrán darle pena
riesgos de la contingencia,
y aun en la común sentencia
se tiene por más segura;
pues dice que es la ventura
hija de la Diligencia.
 
Música: ¡Y así, el temor no tiene
de perder dichas,
el que, si se le pierden,
sabe adquirirlas!
 
Mérito: Aunque, a la primera vista,
cada uno --al parecer--
tiene razón, es engaño;
pues de la Dicha el laurel
sólo al Mérito le toca,
pues premio a sus sudor es.
 
Música: ¡No es!  
Mérito: ¡Sí es!  
Diligencia: No es, sino con digno premio
de la Diligencia; pues
si allá se pide de gracia,
aquí como deuda es.
 
Música: ¡No es!  
Diligencia: ¡Sí es!  
Acaso: No es tal; porque si el Acaso
su causa eficiente es,
claro está que será mía,
pues soy yo quien la engendré.
 
Música: ¡No es!  
Acaso: ¡Sí es!  
Mérito: Baste ya, que esta cuestión
se ha reducido a porfía;
y pues todo se vocea
y nada se determina,
mejor es mudar de intento.
 
Fortuna: ¿Cómo?  
Mérito: .............Invocando a la Dicha;
que, pues la que hoy viene a casa
se tiene por más divina
que humana, como deidad
sabrá decir, de sí misma,
a cuál de nosotros cuatro
debe ser atribuida.
 
Fortuna: Yo cederé mi derecho,
sólo con que ella lo diga.
Mas ¿cómo hemos de invocarla,
o adónde está?
 
Diligencia: .......................En las delicias
de los Elíseos, adonde
sólo es segura la Dicha.
Mas ¿cómo hemos de invocarla?
 
Acaso: Mezclando, con la armonía
de los Coros, nuestras voces.
 
Diligencia: Pues empezad sus festivas
invocaciones, mezclando
el respeto a la caricia.
 

Cantan y representan

 
Mérito: ¡Oh Reina del Elíseo coronada!  
Fortuna: ¡Oh Emperatriz de todos adorada!  
Diligencia: ¡Común anhelo de las intenciones!  
Acaso: ¡Causa final de todas las acciones!  
Mérito: ¡Riqueza, sin quien pobre es la riqueza!  
Fortuna: ¡Belleza, sin quien fea es la belleza!  
Mérito: Sin quien Amor no logra sus dulzuras.  
Fortuna: Sin quien Poder no logra sus alturas.  
Diligencia: Sin quien el mayor bien en mal se vuelve.  
Acaso: Con quien el mal en bienes ser resuelve  
Mérito: ¡Tú, que donde tú asistes no hay desdicha!  
Fortuna: En fin, ¡tú, Dicha!  
Acaso: ............................¡Dicha!  
Diligencia: ........................................¡Dicha!  
Mérito: ....................................................¡Dicha!  
Todos: ¡Ven, ven a nuestras voces;
porque tú misma
sólo, descifrar puedes
de ti el enigma!
 

Dentro suena un clarín

 
Música: ¡Albricias, albricias!  
Todos: ¿De qué las pedís?  
Música: De que ya benigna
a la invocación
se muestra la Dicha.
¡Albricias, albricias!
 

Córrense dos cortinas, y aparece la Dicha, con corona y cetro

 
Mérito: ¡Oh, qué divino semblante!  
Fortuna: ¡Qué beldad tan peregrina!  
Diligencia: ¡Qué gracia tan milagrosa!  
Acaso: ¿Pues cuándo no fue la Dicha
hermosa?
 
Mérito: ...............Todas los son;
mas ninguna hay que compita
con aquésta. Pero atiende
a ver lo que determina.
 
Dicha: Ya que, llamada, vengo
a informar de mí misma,
y a ser de vuestro pleito
el árbitro común que lo decida;
y pues es la cuestión,
a quién mejor, la Dicha,
por razones que alegan,
de los cuatro, ser debe atribuida;
el Mérito me alega
tenerme merecida,
como que equivalieran
a mi valor sagrado sus fatigas;
la Diligencia alega
que en buscarme me obliga,
como que humana huella
pudiera penetrar sagradas cimas;
la Fortuna, más ciega,
de serlo se acredita,
pues quiere en lo sagrado
tener jurisdicciones electivas;
y el Acaso, sin juicio
pretende, o con malicia,
el que la Providencia
por un acaso se gobierne y rija.
Y para responderos
con orden, es precisa
diligencia, advertiros
que no soy yo de las vulgares dichas;
que ésas, la Diligencia
es bien que las consiga,
que el Mérito las gane,
que el Acaso o Fortuna las elijan;
mas yo mido, sagrada,
distancias tan altivas,
que a mi elevado solio
no llegan impresiones peregrinas.
Y ser yo de Fortuna
dádiva, es cosa indigna;
que de tan ciegas manos
no son alhajas dádivas divinas.
Del Mérito, tampoco;
que sagradas caricias
pueden ser alcanzadas,
pero nunca ser pueden merecidas.
Pues soy --mas con razón
temo no ser creída,
que ventura tan grande
aun la dudan los ojos que la miran--
la venida dichosa
de la Excelsa María
y del Invicto Cerda,
que eternos duren y dichosos vivan.
Ved si a Dicha tan grande
como gozáis podría
Diligencia ni Acaso,
Mérito ni Fortuna, conseguirla.
Y así, pues pretendéis
a alguno atribuirla,
sólo atribuirse debe
tanta ventura a Su Grandeza misma,
y al José generoso
que, sucesión florida,
a multiplicar crece
los triunfos de su real progenie invicta.
Y pues ya conocéis
que, a tan sagrada Dicha,
ni volar la esperanza,
ni conocerla pudo la noticia,
al agradecimiento
los júbilos se sigan,
que si no es recompensa,
de gratitud al menos se acredita.
 
Mérito: Bien dice; celebremos
la gloriosa venida
de una dicha tan grande
que en tres se multiplica.
Y alegres digamos
a su hermosa vista:
¡Bien venida sea
tan sagrada Dicha,
que la Dicha siempre
es muy bien venida!
 
Música: ¡Bien venida sea;
sea bien venida!
 
Fortuna: Bien venida sea
la Excelsa María,
diosa de la Europa,
deidad de las Indias.
 
Acaso: Bien venido sea
el Cerda, que pisa
la cerviz ufana
de América altiva.
 
Música: ¡Bien venida sea;
sea bien venida!
 
Mérito: Bien en José venga
la Belleza misma,
que ser más no puede
y a crecer aspira.
 
Música: ¡Bien venida sea;
sea bien venida!
 
Fortuna: Y a ese bello Anteros
un Cupido siga,
que sus glorias parta
sin disminuirlas.
 
Dicha: Porque de una y otra
Casa esclarecida,
crezca a ser gloriosa
generosa cifra.
 
Fortuna: Fortuna a su arbitrio
esté tan rendida,
que pierda de ciega
la costumbre antigua.
 
Música: ¡Bien venida sea;
sea bien venida!
 
Mérito: Mérito, pues es
tan de su Familia,
como nación en ella,
eterno le asista.
 
Música: ¡Bien venida sea;
sea bien venida!
 
Diligencia: Diligencia siempre
tan fina le asista,
que aumente renombres
de ser más activa.
 
Música: ¡Bien venida sea;
sea bien venida!
 
Acaso: El Acaso, tanto
se esmere en servirla,
que haga del Acaso
venturas precisas.
 
Música: ¡Bien venida sea;
sea bien venida!
 
Fortuna: En sus vellas Damas,
cuya bizarría,
de Venus y Flora
es hermosa envidia.
 
Música: ¡Bien venida sea;
sea bien venida!
 
Mérito: Y pues esta casa,
a quien iluminan
tres Soles con rayos,
un Alba con risa...
 
Acaso: ...no ha sabido cómo
festejar su Dicha
si no es con mostrarse
de ella agradecida,...
 
Diligencia: ...que a merced, que en todo
es tan excesiva
que aun de los deseos
pasa la medida,...
 
Fortuna: ...nunca hay recompensa,
y si alguna hay digna,
es sólo el afecto
que hay a recibirla;...
 
Mérito: ...que al que las deidades
al honor destinan,
el Mérito dan
con las honras mismas;...
 
Acaso: ...y porque el festejo
pare en alegría,
los Coros acordes
otra vez repitan:
 
Música: ¡Bien venida sea
tan sagrada Dicha,
que la Dicha siempre
es muy bien venida!
 
Dicha: ¡Y sea en su Casa,
porque eterna viva,
como la Nobleza,
vínculo la Dicha!
 
Fortuna: Y porque a la causa es bien
que estemos agradecidas,
repetid conmigo todos:
 
Todos: ¡Qué con bien Su
Señoría
Ilustrísima haya entrado,
pues en su entrada festiva,
fue la dicha de su entrada
la entrada de nuestra Dicha!
 
Música: ¡Fue la dicha de su entrada
la entrada de nuestra Dicha!
 

LETRA CANTADA

 

Sigue inmediatamente la comedia

 

A la primera jornada de Los empeños de una casa